Cómo gestionar los recursos

 

Control de los Recursos

NO TIENES QUE SER UN EXPERTO DE LA PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA para saber que al ejecutar cualquier proyecto debes disponer de los recursos suficientes, pero conviene que no lo olvides una vez iniciado tu negocio.

Crear estrategias en función de los recursos disponibles en lugar de buscar los recursos necesarios para ejecutar la estrategia de actuación más conveniente, es un error bastante frecuente y supone siempre una clara desventaja competitiva para tu negocio.

Cuando hablamos de recursos no sólo nos referimos a los económico-financieros; o los recursos humanos, hablamos también de gestión y control del tiempo o el conocimiento, elementos determinantes hoy en día.

Hay que saber desde luego gestionar riesgos, solucionar imprevistos, pero nunca perdiendo de vista lo planificado. Esta es la única forma de avanzar, sin hundirse en marea de “lo urgente” y es por ello tan importante un plan de negocio bien estructurado, y estrategias de implementación actualizadas que sirvan de guía para corregir posibles desviaciones de rumbo.

Desde el comienzo, y en especial porque se cuenta de poco personal o se está sólo, se deberá llevar un control riguroso de los recursos y del logro de las metas y objetivos planteados.

Podrás delegar la gestión en algunos ámbitos, como el administrativo o el contable, en entidades u otros empresarios que lo hagan mejor que tú, para centrar tus esfuerzos en las ventas o en su “core competence”, pero en todo momento deberás mantener las riendas de tu negocio.

Es por ello determinante tener “conocimientos polivalentes” que te permitan tomar decisiones sobre finanzas, ventas o recursos humanos, o evaluar las que sugieren tus colaboradores.

Apóyate en el uso de nuevas tecnologías y programas de gestión que te faciliten el trabajo, en gestorías, transportistas o publicistas, siempre que te resulte más rentable externalizar estos servicios y que te los presten de manera estable.

No olvides que la mejor gestión de recursos es la que combina una correcta asignación de estos, destinándolos al logro de tus objetivos en el corto y el mediano plazo, con un control constante de su adecuado uso, sobretodo en función de resultados esperados.